Algo muy común si miras a tu alrededor, es encontrarse con parejas manteniendo relaciones infelices. No se emocionan con sus parejas, pero se quedan con ellos, mes tras mes, año tras año. Pero, ¿Por qué? La primera vez que experimenté en mis carnes, lo que significa mantener una relación así me quedé de piedra. La segunda vez me sorprendió. La tercera vez, me di cuenta de que había un verdadero patrón de miedo y ansiedad aquí por miedo a la soledad.
No obstante si te estás planteando cómo romper con tu pareja, puedes encontrar más abajo todas las recomendaciones para hacerlo de la mejor manera.
Una ruptura no es nada sencilla de realizar, y en muchas ocasiones, cuando se rompe con alguien termina siendo algo traumático. Es por ello que siempre debemos seguir una serie de reglas para que todo sea lo menos traumático a pesar del dolor que pueda generar.
Regla número uno: Asegúrate de que es lo que realmente quieres.
¿Estás segu@ de que es lo que realmente quieres? La mayoría de veces que nos planteamos romper con alguien nunca estamos un 100% seguros de ello.
Aquí puedes realizar un ejercicio de autocrítica. Coge un papel y divídelo en dos. En un lado escribe las cosas buenas que te aporta la relación y en otra las cosas malas que te aporta. Tómate el tiempo que necesites para recopilar todas las ideas.
Algo de que debes saber, es que en todas relaciones hay cosas malas y cosas buenas. No te satures si ves cosas malas en el lado de los aspectos negativos. Todos los tenemos.
Pero quizás lo que no sea común, es que una relación te aporte más cosas negativas que positivas. Seguramente ese tipo de relación es per sé conflictiva y nadie quiere ese tipo de relación sentimental: No tengo una relación, tengo un montón de problemas.
Regla número dos: Hazlo de la misma manera que a ti te gustaría.
Hazlo siempre cara a cara. Evita emails, mensajes, whatsapp… todo el mundo merece conocer en primera mano y cara a cara una decisión así.
Puede que encontrar valor para comunicarlo sea una de las cosas más difíciles, pero te quitarás un peso de encima al hacerlo y partir de ese momento podrás seguir el camino de la felicidad.
Intenta no hacerlo en un ambiente privado donde estéis los dos solos. Busca un territorio neutral… un parque, una cafetería… seguramente la reacción de la otra persona no sea del todo como esperabas. Muchas veces nos dejamos guiar por nuestros sentimientos, y en un acto de furia o despecho podemos ser seres muy emocionales y mostrar la frustración del momento mediante gritos.
Prepara previamente lo que quieres decir. Palabra a palabra. Es importante que expreses como te sientes y no intentes poner ejemplos que puedan culpabilizar a la otra persona o hacerla sentir mal. Muchas veces las personas no somos conscientes de nuestros errores y fallos en el transcurso de una relación porque no prestamos importancia a ciertos comportamientos y actitudes. Mostrarle todos los errores a la otra persona puede hacerle sentir más culpable de lo que es en realidad.
Seguramente te pida explicaciones al respecto sobre tu decisión. El 80% de las personas lo harán. Pero lo que no se puede “debatir” si eres feliz en la relación. O lo eres o no lo eres. Y eso es empoderarte y liberador, mantiene la conversación en un lugar auténtico y con los pies en la tierra. También evita el drama que viene al hacer una conversación de ruptura sobre la otra persona.
Trae ejemplos específicos de cosas que te gustaría hacer en tu vida y que esta relación te impide realizarlas.
Ella o él va a querer saber por qué. Aunque no estás obligado a decírselo, es una buena idea ayudarla a entender por qué está ocurriendo esta ruptura.
Finalmente, tienes que establecer algún tipo de límite de tiempo. No querrás estar ahí todo el día, repasando cada detalle de la relación habéis vivido y como mejorarla. Recuerda que no es una sesión de coaching. Quieres entrar, entregar el mensaje, y seguir con el resto del día haciendo tus cosas.
Esto depende de cuánto tiempo los dos habéis estado juntos y quieras dedicarle, por supuesto, pero todavía quieres tener un límite de tiempo en tu cabeza. Cuando la conversación termine, dile que tienes que irte a otro sitio (incluso si no lo haces), paga la consumición y amablemente vete de allí.
Esta es la parte más difícil, esta decisión va a evitar seguir haciendo daño a los dos, y aunque en un primer momento alguna de las partes no lo va a entender en realidad va a proporcionar felicidad a ambos. No tienes inmolarte por el final de la relación. Enfadarte con la otra persona aunque no se tome bien las cosas no es la mejor actitud.
Intenta mantener la integridad. No sientas pena por la otra parte, pero si decide tener una mala palabra o actitud contigo no te lo tomes como algo personal.
Regla número tres: Toma siempre el camino alto.
Si nuestro consejo sobre la ruptura pudiera reducirse a un principio rector sería éste: Siempre toma el camino más fácil. Toma siempre el camino alto.
Especialmente si te han roto el corazón, es fácil pensar que tomar el camino bajo ( insultos, putadas, problemas, desprestigio..), quejándose de la relación, peleando por el pasado, y sacando las partes más feas de la relación, es lo correcto y lo que debes hacer.
Primero, cualquiera que trabaje de cara al público sabe que los clientes descontentos están mucho más dispuestos a hablar de tu negocio que los felices. Ponlo en términos más directos: Si eres un imbécil, le dirá a todos los que estén dispuestos a escuchar. Incluso si vives en una gran ciudad, las posibilidades de que lo que ella o él te ataque es hacia gente de tu entorno en mucho mayor.
Seguramente hablará de las partes feas de tu relación, defectos e incluso cualquier secreto que tengas y no quieras que lo sepan otros. Por eso nunca entres en peleas posteriores, insultos y malos rollos.
La otra razón para tomar el camino alto es el arrepentimiento que sentirás después. No te mentiremos: Siempre tendrás el remordimiento tiempo después de por qué las cosas acabaron tan mal y tu cómo pudiste evitarlo (especialmente si saliste de una relación malsana y destructiva). Eso puede continuar durante un mes, e incluso puede suceder años después de que todo acabe.
Pero vas a tener aún más noches de insomnio si haces algo mal. Llamándola, abogando por tu versión de la relación, revisando los detalles de tu pasado, que tras la ruptura puede hacerte sentir bien en este momento, pero a largo plazo ex muy tóxico. Es mejor tener unos meses fantaseando sobre cómo podrías haber sido esa relación en este momento o como le irá en la actualidad.
Regla número cuatro: No podéis ser amigos… de momento.
En algunas ocasiones, si las personalidades y circunstancias lo permiten, volveréis a ser amigos. Si esto sucede, será porque se dieron suficiente espacio y tiempo después de la ruptura. La amistad es posible cuando ambos se recuperan efectivamente de la ruptura, pero no impongan el requisito de la amistad en la ruptura desde el principio.
Hay que dejar que se desarrolle orgánicamente con el tiempo aceptando que no vamos a ser amigos inmediatamente. Y si esto nunca sucede, tienes que entender que eso es parte del proceso de ruptura: A veces, las relaciones sólo pueden tomar en una única vía.
Regla número cinco: No contactes tú con la otra parte, pero tienes que ser cortés.
No te preocupes por saber como le va la vida tras la ruptura. Seguramente horas o incluso días más tardes recibas mensajes y llamadas de la otra parte expresándose como se siente o lamentándose por lo ocurrido.
Se amable y educad@, explícale brevemente que es lo mejor para los dos pues no eras feliz. No te intereses por la otra persona. Seguramente la otra parte te escriba cuando esté realmente lista y preparada para tener una sencilla relación de amistad.
Evita quedar con la otra persona aunque sea solamente como amigos durante un tiempo. Y por supuesto, no vuelvas a tener sexo con esa persona o todo el proceso que tanto te ha costado para alcanzar la felicidad quedará en nada, y tendrás que empezar de nuevo.